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30 junio 2011

Fuera de Sección

¡Lo logró!

Supongamos que una persona de personalidad requeriente de afectos pretende como es su naturaleza dar rienda suelta a su instinto y llamar la atención de toda la gente presente en el evento, supongamos, a modo de ejemplo: un casamiento. Estas personas son muy particulares por que si bien disfrutan de la velada no pueden hacerlo en plenitud por que los invade una innegable envidia hacia el agasajado, en este caso el novio. Entonces  suponiendo que los novios entran a la fiesta en una coche antiguo, el sería el primero que gritaría como un niño en el mcdonalds: "no te alcanzo la plata para uno más nuevo??". Buscando complicidad al instante en sus más apegados afectos presentes en la velada. Algo que los susodichos responderán con carcajadas directamente proporcionales a la cantidad de alcohol en sangre.
Entrada la fiesta llega la hora del show y los novios para dar ese toque de originalidad a su noche especial, presentan el show de acrobacias y fuego en el salón principal. Una vez transcurridos los primeros cinco minutos del espectáculo los acróbatas invitan al agasajado a participar de una truco con dagas el cual sale correctamente como está planificado. El siguiente es una show con fuego para lo que los profesionales piden la colaboración de algún invitado, esperando claro que el que se sume al numero sea el padre, la madre o algún familiar directo del novato marido, pero no, como es de esperar de estos personajes él y sólo él es el indicado para este acto con lo cual se avalancha contra los malabaristas dado por hecho que lo han elegido. Empezado el show, nuestro personaje no cesa de llamar la atención logrando que uno de sus compinches le acercase una copa de champagne. Movimiento siguiente este muchacho se enreda con la vestimenta de la malabarista femenina cayendo de lleno en un balde con kerosene, tomando fuego prontamente de las dagas utilizadas en el acto, con lo cual en pocos segundos nuestro personaje se enciende en llamas al grito de "no pasa nada". No es necesario ahondar en detalles de como terminó la velada ni es grato recordar al quinto regimiento de bomberos de Monserrat comiendo los restos del pastel de bodas desparramado por el piso.
Podemos afirmar entonces que habiendo cumplido su objetivo nuestro personaje podrá descansar en paz toda la eternidad.

  Irwin Moon

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