PorBigoteFalso
Hay al menos tres maneras reconocibles de colocar el rollo
de papel higiénico. En un esfuerzo de producción, hemos realizado un estudio
minucioso que arroja resultados sorprendentes.
Hasta el más mínimo detalle de nuestro hogar habla, como
nadie -a calzón quitado- de nosotros. Amén.
1 - Para afuera
Esto hay que decirlo, es la manera “correcta”, por lo menos
así figura en todos lados: foros, blogs, cartillas de diseño de hogares, y en
boca de tantísima gente. Sin embargo esto no nos bastó, por ello salimos a la
calle a comprobarlo. Realizamos un profundo análisis de observación registrando
cada baño, cada cubículo, cada cuartito por más asco que nos pudiera dar: Los
públicos; de mc donals, de estaciones de servicios, de bares, los químicos, de
cines, de amigos, de familiares, de compañeros de trabajo, de salas de ensayo,
de teatros, y la lista sigue; y el número que este estudio nos arroja sobre la
cara es asombroso: 127 para afuera. 13 para adentro (descartamos donde no había rollo).
Más allá de los datos duros, agregamos nuestra
interpretación: De todas maneras la gran mayoría de la gente que lo pone hacia
fuera no tiene la menor idea de porqué lo hace. Anotación aparte: al parecer
esta práctica sería más bien una actividad de mujeres, pero no hay porque
generalizar (?) también lo hacen hombres.
Como sea: estos individuos lo colocan así porque creen que
es la manera correcta. No se preguntan, no piensan, simplemente lo pone así. No
se detienen a ver si es cómodo o no, lo hace mecánicamente. Lo mismo pasa con
un adornito del living, un cuadro, un florero o la tortuga. Está ahí ya por
costumbre. Hace tiempo que ese adorno es un adorno. Ya nadie piensa en
él, ya nadie repara en él, ya nadie lo mira siquiera, es invisible, es peor
incluso que eso: es visible pero nadie lo ve. Bueno, con la forma de poner el
papel pasa exactamente lo mismo.
2 - Para adentro
Hombres autoritarios y refinados a la vez.
Esto ocurre en hogares donde los hombres llevan la batuta y
eligen o deciden casi todo lo relacionado con todo. Entre ellas: Desde mandar a
sus hijos a ese colegio privado, las vacaciones en Mar Chiquita, comer
pizza todos los viernes, hasta poner el papel higiénico.
Centrándonos en el papel higiénico; lo hacen porque al ser
refinados (la otra cara de la misma moneda) son de los que se secan el pito al
hacer pis. Creen que deben higienizar al máximo su más preciado tesoro. Éste
acto, para un hombre –que mea parado- es mucho más fácil si la hoja del papel
cae desde adentro. Para que cuando la hoja colgante se pierde, con un simple
golpecito hacia arriba, el rollo rueda y la hoja reaparece hacia abajo.
Comodísimo. No sé, me contaron.
3 - Apoyado
Hombre de más de 50 años, separado hace ya bastante tiempo.
En este caso él se quedó en la casa y la mujer se fue. Si uno recorriera el
resto del hogar, no sólo el baño, podría notar ciertos resabios de algo
parecido a la decoración, alguna vez hubo un gusto estético, alguna vez hubo detalles finos, alguna vez hubo una decoración, a secas. Hoy ya no.
Junto a ese especie de limbo estético se encuentra el papel
higiénico. El rollo cumple el mismo destino de la dejadez del buen gusto: Un
día se perdió el palito ese del medio y ya fue, quedó apoyado sobre el
lavatorio para siempre.
Por la razón de estar sin un eje, sin algo que lo amarre, es
que el rollo se recorre toda la casa. Sirve de pañuelo en intensos resfriados,
de servilleta para la pizza o las empanadas, para limpiar cuando se cae el
vermut sobre la mesa, todo.
Esto provoca que al momento de necesitarlo en el baño, no esté.