Teorías en tres minutos: El skate volador

Teoría minuciosa –atendiendo todos los detalles– para que un skate vuele por acción cuasi natural. Nada de un motorcito, ni una turbina ni nada de eso, así cualquiera.    

PorCulp

Es imposible plantear siquiera una hipótesis al respecto sin mencionar ese gran pilar de la ciencia ficción y aventuras de nuestra infancia que es “Volver al Futuro II”.

Al ver ese gran film algo así como una docena de veces –y me quedo corto– es que realizamos esta precisa y (para nosotros) tan obvia teoría que decanta sola, se desprende de las recónditas cavernas de nuestro más profundo subconsciente.  

La teoría

Imaginemos una pista, una gran porción de piso todo de imán.

Imaginemos que tenemos una tabla de skate –igual igual a la de “Volver al Futuro II”– que en lugar de ruedas tiene unos grandes círculos también de imán pero de polo opuesto a la de la pista.

Muy básicamente explicamos: un imán tiene dos polos; un polo norte (o positivo) y otro polo sur (o negativo). Si acercamos los extremos opuestos (norte-sur) de dos imanes éstos se atraen; mientras que si acercamos los extremos del mismo polo (norte-norte o sur-sur) de dos imanes se van a repeler. Todos alguna vez manipulamos dos imanes; sabemos que de un lado se atraen (se pegan) y del otro se rechazan. Jugando notamos que era tan fuerte el rechazo al intentar unirlos que se daban vuelta, buscando el polo opuesto para unirse.        

La intensidad de ese rechazo va a aumentar considerablemente según el tamaño de los imanes. Mientras más grandes, más poderosos. Todos recordamos de películas esos imanes inmensos manejados por grúas que levantaban autos. Bueno, lo mismo pasa con el rechazo, mientras más grandes son el rechazo ha de ser más intenso.

La conclusión es obvia.

Si fabricáramos una pista de patinaje de imán de polo norte en la superficie y un skate con dos grandes imanes, en lugar de ruedas, con el polo también norte apuntando hacia fuera: la acción ineludible sería repelerse, el skate se desprendería del piso buscando –creemos-  darse vuelta. (Esto ocurriría por la inmensidad del imán en la pista de patinaje, frente a los más pequeños imanes del skate).

Ahí entraría la habilidad del patinador en saber controlar esas fuerzas del demonio y lograr avanzar o cuanto mucho mantenerse ahí, en el aire, flotando. 

Pero bueno, nosotros planteamos la teoría del skate volador no la del tipo que lo sabe manejar.

Ese es otro tema.

Para poder realizar empíricamente esta teoría necesitamos un galpón, 70 toneladas de imán, una gorra visera y 1 millón de dólares.

Escuchamos propuestas.  

Imágenes del skate de "Volver al futuro II"