De repente, ese
hombre que logra estremecerte con su voz y su impronta varonil comienza a mutar
frente a tus ojos:
-Su tamaño se reduce
-Le afloran pecas
en sus sonrojadas mejillas
-Se calza una
simpática gorra visera levemente ladeada hacia un costado
-Sus delgadas
piernas lucen unas medias de toalla levantadas a más no poder
-Y lo más
aterrador, sostiene una chupaleta -digna del Chavo del 8- en una de sus manos
Sí, ese hombre
ahora es un niño.
Un mocoso
caprichoso que oscila entre el cargoseo chistoso y la rabieta ruidosa.
En eso se resume
ver a tu novio suplicándote por sexo.
Y todo porque ha recibido un NO como respuesta.
Es que cuando no tenemos chingi-chingi, nos portamos como nenes XD. Ahora, eso de la paleta ya me parece exagerado :)
ResponderEliminarSí, nos fuimos al carajo. Nos podrás perdonar?
Eliminar