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11 diciembre 2014

La ruta de la Fugazzeta #5

Crónicas escritas con mucha hambre de gloria. Y también con mucha hambre, a secas. 
Culp & Yañez

Nos pusimos una meta: Recorrer todas las pizzerías de Buenos Aires en busca de la mejor Fugazzeta rellena al molde... Y ya que estamos también de la mejor Mozzarella, y bueno, tampoco podemos dejar afuera a la Fainá, pobrecita, ahí sola.

HOY: Pin Pun
Av. Corrientes 3954

Sábado. Paseando por la ciudad, haciendo mil cosas (?), terminamos por la zona de Palermo a eso de las 9 de la noche y con el bagre que empezaba a acariciarnos desde adentro. Sacamos nuestro papelito chamuscado con la lista de las pizzerías y evaluamos cercanía y opciones de alguna actividad post cena para hacer después. Recuerden que era un sábado y somos jóvenes, llenos de vida. “Pin Pun”, dijimos, y después, al toque de ahí, podemos ir a ver actuar a Carla, una amiga que actúa, porque es actriz. Siempre y cuando no quedemos detonados por la ingesta de masa y queso. Estábamos dudosos con la posibilidad de que haya o no salón. Siempre habíamos visto la pizzería de pasada con el colectivo.
Llegamos... ¡sí! Hay mesas para depositarse, ¿Y qué querés, che?, habíamos caminado toda la tarde, somos jóvenes, pero tampoco la pavada.
Entramos y nos dirigimos a una mesa del fondo. Uno al lado del otro. Mirando hacia la puerta. Aclaración aparte: Al parecer, yo, Sebastián, siempre me siento (o pretendo hacerlo) en el lugar que ella, Lucila, eligió para sentarse. Esto es una falacia extrema. Yo, como soy re caballero, la dejo pasar primero, ella que va con ventaja elige un lugar x. Lugar que yo iba a elegir, te juro. Lugar que cualquier Cristiano, Judío, Musulmán o adorador de la iglesia Maradoniana, elegiría: Siempre mirando o para la puerta o para el salón. ¿Quién se sienta mirando para la pared? Es por eso que esta joven señorita, cree que siempre quiero SU lugar. Pues, no, Lucila. No es un complot en contra suyo, es cuestión de ser un hombre de bien, nada más.
Yo, Lucila, me veo en la obligación de responder dicha afrenta, lo de dejarme pasar primero por ser “re caballero” queda completamente desarticulado en el preciso momento que comienza la rabieta por querer ocupar el lugar que elegí. La próxima voy a escoger el asiento más nefasto, solo para que quieras sentarte ahí y me quede el mejor sitio disponible.

Dicho esto, seguimos con nuestra tarea, nuestra misión en la tierra: La pizza. No queríamos explotar porque después teníamos actividad nocturna. Beber, reír, sociabilizar. Hagamos ‘porciones’, entonces.

Pedido
2 Porciones de Fugazzeta con queso (Así figuraba en la carta, nos explicamos en el ítem: Calidad)
2 Porciones de mozzarella
2 Porciones de fainá
1 Porción de jamón y morrones
1 Cerveza de litro

Ubicación
En el salón. Uno al lado del otro. Mirando hacia la puerta.

Servicio
Se puede pedir por porciones en el salón. Y sobre todo FUGAZZETA rellena. Amor y destrucción. Otro dato importante es que no hay tanta gente. Siguiendo con esa ley muy pelotuda de que el lugar que está lleno es bueno y el que está vacío es malo: (“Por algo será que no va nadie”, dice la vieja chota modelo); “Pin Pun” nos despabila de ese prejuicio. El salón no es muy grande, pero no importa porque hay lugar. Te olvidás de esa “histeria” que generan otros lugares con buena (o sobrevalorada) prensa. Acá es todo más simple. Vas, te sentás, y comés una excelente pizza. Punto. Decíamos, no está lleno, pero gente hay, tampoco la pavada: Hay gente de paso, acodada en la barra y otra, en el salón, porque SABEN. Saben del secreto llamado “Pin Pun”.

Calidad
“Pin Pun” resulta un hallazgo, un cachito de agua fresca en un desierto yermo y frígido. La Fugazzeta es un néctar de los dioses: generosa, pero no bodoque; la cebolla bien cocinada; horneada a punto justo; y hete aquí, como se anunciaba en la carta (“Fugazzeta con queso”), la mano que crea esta belleza le mete queso fresco en su fórmula no tan secreta. Charlando con entendidos en la materia nos avispamos que, según cuenta la leyenda, la “verdadera” Fugazzeta es con queso mozzarella y queso fresco. Esas dos variedades combinadas serían el ingrediente secreto. O al menos, uno de ellos.
La de mozzarella es correcta, sencilla pero rica. Y acá hacemos un destacado especial: La fainá es una cosa de locos, manjar pocas veces degustado. De consistencia más bien carnosa por dentro y apenas crocante por afuera. Sequita. Con un picor justo (algunos se zarpan en pimienta). Una MA-RA-VI-LLA. Esta fainá ya se ganó un lugar en el podio.
“Pin Pun” resulta una verdadera gema, el secreto mejor guardado. Y tiene doble sabor el hecho de que nadie nos lo recomendó, lo veíamos desde el bondi, lo anotamos, un día se dio y tomá, una de las mejores.
Todavía falta, pero estamos cerca, la Fugazzeta perfecta nos acecha.

Precio
Económico.
Alrededor de 60 o 70 pesos por pera.

Puntaje (Sobre 8)
7 porciones

Conclusión:
Quedamos satisfechos, llenos pero con energía para poder asistir a la tertulia de sábado por la noche. Aunque una vez en el lugar, calentábamos el vaso de cerveza en la mano por no poder seguir ingiriendo ni siquiera ese elixir sagrado de tonos amarillentos.













4 comentarios:

  1. Ayer pensaba, cuándo irán a Pin Pun estos muchachos? Y aquí están nomás. Un lujo.

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  2. Mmmmm qué ganas de entrarle a la fáinaaaa...
    ¿no pueden llevar algunas a la presentación de la revista? ñák!

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