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30 diciembre 2014

Soy freelance

Toda la verdad sobre trabajar desde tu casa
Por Sebastián Culp


Como que la gente tiene una fantasía un tanto errada con el freelancismo. No ven la unidad. Sólo escuchan la parte de “trabajo en mi casa” y se vuelven locos.

Hablo con una persona que no conozco del todo. Temas van, temas vienen. No tarda en llegar la pregunta:
—¿De qué laburás?”.
—Soy redactor, escribo. —le respondo

Me pregunta algo del horario y le digo que no tengo horario, soy freelance.
Esa palabrita mágica.
Freelance
Una simple palabrita.
Freelance

—Uhh, qué bueno ¿¿trabajás en tu casa?? —arremete.
—Sip.
—Naaa, es buenísimo!!

Sí, está bueno. Desde ya. No viajo en colectivo todos los benditos días, haciendo exactamente el mismo camino, que después de unos meses, cada detalle, cada cosa que ves te empieza a pesar como un yunque en LA alma. Después de un tiempo viajando ida y vuelta todos los días sabés el recorrido exacto del colectivo. Podrías agarrar el volante y manejar vos. Conocés las calles, las cortadas, las casas, las esquinas, los chinos por cuadra y los grafitis. Lees esas pintadas una y otra vez y te querés morir. Lo sé. Y ni hablar de la gente. Siempre la misma gente despreciable. Las mismas caras de dormidos a la mañana y las mismas caras de infelices agotados a la tarde-noche. Y todo se complica un poco más si viajás a la hora pico.
Ni que hablar si es viernes.
Ni que hablar si es viernes vísperas de un fin de semana largo.
O si es diciembre
Vísperas de navidad o año nuevo.
Lo sé.
No te comparo.
Yo estoy sentado en mi casa.

Si no me quedé a trabajar a la noche, me levanto 9, 9 y pico. A veces incluso a las 10.
Sí, puedo elegir el horario. Sí, sé que pensás que soy un hijo de puta.
Ya lo sé.
Me levanto a las 9. Hago pis. Prendo la computadora y voy a la cocina.
Prendo la radio. Hago mate. Tomo algunos, le doy de comer a Mclovin, salgo al patio, miro un poco el sol y voy a la computadora con el mate y el termo.
Lo que uno tarda en desayunar, cambiarse, salir de su casa, esperar el bondi, viajar, llegar a la oficina, saludar a los pelotudos de los compañeros, ir a la computadora o dónde sea que trabajes, y ponerte a laburar pueden pasar casi 2 horas.
Yo tardo 15 minutos.
Si quiero menos. Pero 15 minutos creo que está bien. 
Ahorro mucho tiempo, sí, es cierto. 

Me pongo a trabajar.
Solo
En silencio. Bah, con la radio. Pero sin barullo.
Trabajo, solo.
Sin nadie que me moleste.
Solo yo y mi alma.
Estoy tan solo que podría caer desmayado que nadie se enteraría.
Podría morirme y hasta que no haya olor no se enterarían de mi muerte. 
Al cabo de 4 o 5 horas me quiero agarrar un huevo con el teclado y el mouse.
Entonces ¿qué hago?
Al mediodía busco una excusa. Puede ser salir a comprar algo para comer. A veces resulta que tengo todo o lo justo para comer. 
Bueno, salgo igual.
Compro pan, compro una palta, tomates, compro algo para acompañar lo que sea que voy a comer.
Como solo
Como en silencio.
Solo.
Bueno, con la radio.
Ok, hay otra cosa que también es cierta pero nunca nadie te dijo: A veces cuando como miro una serie. Sí, sé que te estoy cagando la vida con esto. Pero bueno, te quiero contar la verdad. Mientras como me clavo un capítulo de, no sé, Person Of Interest, algo en youtube o lo qué sea que esté viendo. 
Después viene esa hora muerta.
Las 3 de la tarde.
Miro la cama de reojo. Está tan cerca, me podría tirar un ratito.
Bueno no, no puedo.
Hay que tener una voluntad estoica.
Sigo.
Hago lo que puedo. 
A eso de las 4 agarro ritmo de nuevo.
La cosa es que a las 6 de la tarde me quiero deletear la chota.
Todos corren a sus casas a refugiarse, vuelven a dónde pueden sacarse los zapatos, cantar a los gritos y tirarse pedos. 
Bueno, yo a las 6 de la tarde necesito un pasaje a la concha del mono. Necesito salir a la puta madre que lo parió.
Quiero calle.
Necesito aire
Pasto.
Ver gente
Hablar.
Nunca en la vida quise sociabilizar tanto como un día de semana a las 6 de la tarde.
Y digo las 6 de la tarde no porque tenga que respetar ese horario, sino porque si me agarra el atardecer en mi casa me hundo. Me deprimo hasta el infinito. Necesito ver un poco de día, lo que queda de él. 
A las 6 de la tarde huyo.
Me busco actividades.
Me las invento
Cualquier cosa que sea ESTAR AFUERA DE MI CASA es buena.

Otro tema que nadie te dice de trabajar en tu casa son los cortes de luz.
Si se te corta la luz en tu casa a vos, que trabajás bajo relación de dependencia, es un bajón, pero bueno, te vas a la empresa que seguro hay luz y podés laburar. (Y si no llegara a haber luz en la oficina, listo, ¡Fiesta!) Después, a la vuelta ves, quizá ya haya vuelto.
Bueno si a mí se me corta la luz, no sólo no puedo ver para cortarme las uñas de los pies, sino que no puedo laburar. Y sino laburo no cobro. Y sino cobro... bla bla bla. (La cantinela típica del freelance).
Está bien, me voy a un ciber, me vas a decir. 
Sí, puedo ir a un ciber con olor a perro muerto.
Puedo ir a un ciber y escribir en ese teclado que parece laminado por la grasa de los dedos de infinidad de cristianos que van desde el origen de los tiempos.
Teclas donde para escribir necesito oído absoluto: Al tocar una tecla tengo que deducir por el sonido de qué tecla se trata. Si es una “S”, una “O” u otra “S”. (¿Sabés leer entre líneas?)  
Sí, tengo netbook, puedo ir a un bar. Está bien. ¿Pero quién me paga lo que consumo? ¿Se lo agrego al presupuesto del laburo?    

Y por último y SÍ por eso LO MÁS IMPORTANTE, es la plata.
Todos festejan el “¡¡Trabajás en tu casa, que bueno, boludo!!”.
Pero nadie pregunta: ¿Cuánto cobrás?; ¿Cómo te pagan?; ¿Por laburos o fijo por mes? ¿TE PAGAN POR LABUROS?? ¿Cuándo te pagan?; ¿Te dan trabajo seguido o cada tanto?; ¿Tenés varios empresas, digamos, que te van dando distintos laburos o una sola que te va tirando lo que necesita?; ¿Le facturás?; ¿Sos monotributista?; Ah, y te lo pagás vos ¿no? ¿Y si un mes no te dan ni un solo laburo, qué hacés?; ¿Tenés una alternativa?; ¿Tenés ahorros?; ¿¿¿Tenés que pagar el monotributo igual??? ¿Cómo carajo hacés sino tenés ni un solo laburo en el mes?
¿Ah, es variable? ¿Un mes te puede ir más o menos bien pero otro te puede ir como el orto? ¿Y qué hacés? ¿Cómo hacés? ¿Cómo pagas los gastos? Te gusta mucho el arroz, ¿no?

A todo eso le respondo con una mágica palabra.
Una sola palabrita sale de mi boca: Freelance. Soy freelance.  


Pero está bien. No me quejo de cómodo, ni de lleno, no quiero lo que no tengo. No quiero algo fijo porque soy freelance, y viceversa. Me gusta este trabajo, tiene un montón de comodidades, y me gusta. Lo hago con ganas, es lo que estudié, y lo que quise hacer siempre. Nada más narro, expongo, te cuento lo que quizás nadie te dijo, te cuento algo que ya sabés o deberías saber, te cuento, amigo mío, que el trabajo ideal no existe (al menos por ahora). 

Pero bueno, ya sos bastante grandecito, lo deberías saber, yo sigo acá meta y meta teclear desde mi casa.
Que podría ser peor, podría estar adivinando las teclas en un ciber con olor a perro muerto.




10 comentarios:

  1. "A las seis de la tarde me quiero deletear la chota" es mi nueva frase de cabecera.(?

    Los quiero fuerte.
    Mere

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  2. Tengo una hija freelance y es tu novia, estoy tratando de entender esta forma de trabajo y me cuesta, te juro !! Ah, lo de la chota me encantó!!!! Isabel.

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  3. Yo que siempre trabajé en relación de dependencia realmente ADMIRO la fuerza de voluntad de los Freelance. Mi mamá lo hace desde hace años, y llegó a mudarse de casa a raiz del hartazgo. Se ve que es algo bastante normal.

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    Respuestas
    1. ¿¿!!Se mudó a una casa con jardín, pileta y PARQUE DE DIVERSIONES!!??

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