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12 septiembre 2015

Los cinco tés

Hace unos años, cuando todavía era camarógrafo freelance, trabajaba filmando casas y departamentos para una inmobiliaria.
Un domingo cualquiera fui a una tipo ph.
Era un día radiante.
En horario de guardia, ponele las 16:25hs.
Era una casa grande, linda, rara, con recovecos y una escalera caracol con un ventanal zarpado que te llevaba —a través de un patio— hacia la planta alta. 
Llegué, planté la cámara y apreté REC.
No había visto al dueño, la guardista me había abierto la puerta y merodeaba por ahí.
Cuando de golpe alguien irrumpió en la sala (cocina y sala integrada) y en mi cámara.
Corté.
Saludé cordialmente pese a que me había cagado la toma. Igual está bien, era su casa.
Me saludó con un "hola" casi susurrado y fue para la parte de la cocina.
Me hice a un lado para seguir con mi menester fílmico.
Reacomodé el trípode, corregí el plano, y puse REC nuevamente. Pero la verdad verdadera es que no podía dejar de mirar de reojo.
Era la mismísima encarnación de Michael Jackson.
Misma corte de cara, misma nariz, mismo cuerpo menudo, mismo pelo, mismo timbre siniestro de voz.
Todo junto ahí, al lado mío, en la cocina.
¿Qué onda?
“Michael” llevó la pava al fuego, agarró 5 tazas y puso 5 saquitos de té en cada una de las tazas.
El agua hirvió.
Yo mientras seguía haciendo que filmaba. No, bueno, filmaba de verdad, pero sin despegar los ojos de esa escena surrealista.
Sirvió agua caliente en las cinco tazas.
Se fue.
Los 5 tés quedaron ahí, en la mesada.
Yo seguí con la filmación.
Empecé a sospechar algo.
Recorrí baños, patio, lavadero, hasta que subí por la escalerita caracol.
La pieza de Michael era un santuario de Michael. Posters, fotos, bandera, banderolas, todo el cuarto estaba empapelado con la escalofriante figura del astro del pop. El verdadero.
Ahí confirmé mi sospecha.
El joven Michael era Felipe Pettinato
Posta.
En el momento que filmaba en exclusiva el cuarto de Felipe Pettinato él no estaba, pero tenía la computadora prendida y alguien le estaba hablando por el chat. No pude ver qué le decían, que se creen que soy un mirón malicioso.
Salí del cuarto y él que esperaba afuera, entró y se sentó en la computadora.
Cuando me iba escuché como retomaba su conversación a tecleo veloz.
Bajé para irme, y ya saliendo de la casa pude ver como los 5 tés, intactos, se enfriaban sobre la mesada.
Mi trabajo me exigía recorrer toda la casa, no es que sea un fisgón morbosón, y en ese paneo semi-detallista, muuuy al pasar, no vi a nadie más en la casa.
Felipe Pettinato estaba solo. Bueno, él y la guardista.
Saber por qué hizo 5 tés es un misterio que prefiero se siga manteniendo así.

Sebastián Culp
2015

2 comentarios:

  1. Mejor no averiguar...que quede el sabor del encanto. Por cierto ¿el pibe se operò para parecerse a Michael? Porque tiene un aire tremendo, pero me impresiona el tono pálido.
    Saludos

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    Respuestas
    1. Sí, se operó. Es impactante.
      Pero lo más impactante es que respondió en twitter: https://www.facebook.com/BigoteFalso/posts/1018703888195552

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