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12 junio 2011

Carla: la iconoclasta


Mail III
Asunto: Casi una canción de Arjona

Todos y cada uno de los años me dispongo a reunir a las personas que no me hayan pasado desapercibidas en un gran ágape narrativo que le reconozca al tiempo su emblemática manía de pasar y pasar.
Y nunca hasta ahora había podido hacer coincidir la flechita del mousse con el cartel de enviar... Qué curiosa la tecnología; tanto como lo que me pasó el último día de mis 25 años.
El 3 de octubre del corriente, una terrible y agitada angustia una vez más golpeó mi sensible corazón; sentí la enorme necesidad de no cambiar de edad sin antes hacer algo que representara de manera heroica los años que nunca más iba a volver a tener. Entre la nostalgia, la ansiedad y el espíritu apocalíptico que me caracteriza comencé una ridícula e interminable lista de cosas para hacer... en 24 hs!
Como ya no queda ninguna duda a cerca de mi personalidad exitista y mis ínfulas de vedette, ni consideré la posibilidad de indagar más en esa vaga insatisfacción: Claramente me faltaba El hecho de colección que hiciera significativo mi último año.
Esta teoría se confirmó cuando al llegar a mi casa la voz cada día más aguda de mi mamá me recordó un trámite de la obra social, que por supuesto yo no había hecho y condecoró su discurso con : "Vos siempre dejás todo para último momento"
En el ámbito burocrático el primer y el último momento dan igual...
Así que por esta salvedad no voy a darle mérito a la soprano de mi revelación.

Helecho soy yo, que si sigo con la neurosis como religión voy a cumplir 80 años estudiando 9 carreras a la vez, adoptando perritos sordos, de tribuna de un talk show, empomandome a Dolly y con Marley en Singapur... tan sólo para poder inscribir en mi lápida... "Hice todo lo que quise"

Capaz que una infancia llena de álbumes de figuritas dio lugar a esta persona inmadura que hoy va detrás de falsos deseos para que Crommy la premie.
La persona inmadura soy yo (y los que quieran sumarse de uds.); los falsos deseos son las figuritas; y si alguien saca quién carajo es Crommy, el mundo entero está a salvo!

Había una sola cosa que podía hacer entonces para calmar mi sed de acción, convertir mi desolada búsqueda en un proyecto sólido y encontrar al fin el sentido de mi vida: Nada.
Nada era la clave que signaría la resolución de mis penas. Si bien el silencio y mi eje parapléjico intentaron rotular las miles de sensaciones que se desprendieron de aquella simple y contundente verdad; la realidad no hacía más que coronar a la Nada como total y única dueña de mis actos.

El hecho soy yo.... Y la barra espaciadora lo es todo!

Pfff… con un tango de fondo, un ojo medio cerrado y la certeza de que el whisky no es lo mío, le ato al año la bolsa al palo, le doy dos palmadas en la cola y lo dejo ir  nomás…

El que sigue!!!
Carla, la iconoclasta

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