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27 mayo 2015

Yo-yo de saliva

Cuando era chico y tomaba Seven Up, la saliva se me transformaba en el mejor juguete. Como que se me formaba una especie de lagartija pegajosa y elástica.
Entonces comenzaba con mi gracia. Lanzaba esa lengua de víbora y jugaba a llegar cada vez más lejos. La sacaba y la volvía a meter como un yo-yo de saliva, como un bungee jumping de garzo.
Jugábamos competencias: Algunos no llegaban tan lejos y a otro se le cortaba en pleno acto, una parte de la saliva se perdía en el abismo de la vereda y la otra, fría, volvía de un latigazo a la boca.
Yo me mantenía estoico, con mi escupo, sacando y volviéndolo a meter. Así toda la tarde.
Era un as de la maniobra salival, una mezcla perfecta entre hombre y serpiente.
Para que se den cuenta de mi increíble destreza: un día estiré tanto, pero tanto el yo-yo de saliva que llegué a rozar el piso.

Sebastián Culp
2015

7 comentarios:

  1. ¡Campeón!
    Yo saboreaba chupetín y después competía en los recreos con la baba espesa.
    Hace un tiempo me crucé con un compañero del liceo y me preguntó: "¿te acordás cuando escupías hasta el piso y lo levantabas? ¡Una crá!".
    Me sonrojé. "Ya ni me acordaba de eso", le dije esbozando una sonrisa.

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    Respuestas
    1. Jajaja! Parece que era algo más común de lo que imaginábamos. Bueno es, no sentirse tan solo. (?)

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  2. Yo creía que era el único al que la 7 up afectaba su viscosidad salival... y me sentía un paria... ya no me siento tan solo.

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